Para no ser caracoles |
Javier Solís En medio de la incapacidad de abstraerse de una campaña electoral tejida de fantasías; de promesas de acciones que nunca serán ejecutadas; de la ignorancia más supina sobre el funcionamiento del estado; de mentiras y rumores infamantes; de monumentales calumnias; de cálculos de lucro propio; pero, sobre todo, de la ausencia casi total de las ideas fundantes de nuestro régimen republicano; en medio de todo eso aparece un brillantes libro de Juan José Sobrado: Para no ser caracoles. Editorial Juricentro. En una exquisita operación de disección anatómica, Juan José nos muestra las entrañas carcomidas, envenenadas, podridas de la actual institucionalidad nacional. Y lo hace con el bisturí del progenitor de nuestra democracia liberal moderna: Rodrigo Facio, verdadero padre natural de la Constitución de 1949. Se va al ADN mismo de nuestro sistema, su descendencia de la Revolución Francesa y del liberalismo de Adam Smith, su versión Calderón-Figueres y su diferencia con el sistema mercantil manchesteriano. Todo eso en una sucesión de ensayos publicados a lo largo de dos décadas y ahora reeditados en este volúmen inusual en la Costa Rica ayuna de debate en profundidad. Nuestros debates siguen siendo anecdóticos, repetitivos, volcados al pasado, como de consigna de campaña oportunista. No retan a las nuevas generaciones. No suscitan compromisos comunitarios. Nuestro proyecto histórico se cae a pedazos, pero volvemos a ver para otro lado. Queremos ignorar nuestros riesgos. Lo rechazamos coscientemente. No simplemente lo ignoramos. Lo tendríamos que decir con el verbo francés “méconnaître”: querer desconocer. |
lunes, 8 de febrero de 2010
Para no ser caracoles
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